"No viniste a conformarte"
Hola! Soy Mai, y soy quien de a poco está creando Altar del Alma.
Este espacio, surge como consecuencia de un proceso que arranque hace un tiempo, casi sin darme cuenta.
En 2019 fui a visitar por primera vez a quien hoy considero es una de mis grandes maestras. No me olvido más, fui un sábado tipo 10 de la mañana. La noche anterior había tenido un casorio y me había acostado tipo 6. Osea fui habiendo dormido 3 horas aprox., sin saber bien a qué iba o qué me esperaba de ese encuentro. Iba con la idea de masajes y reiki nada más.
Ese día, entre otras cosas ella me dijo que "me veían como en dos vidas, que tenia que elegir mi camino a seguir".
Claramente en aquel momento no entendí bien a qué se refería.
Pero seguí yendo a verla, cuando lo sentía, y empecé un proceso de sanación que me llevó, a que en el 2021 me iniciará nuevamente en Reiki (ya me había iniciado años antes), pero esta vez, la iniciación fue de la mano de ella. Y ahí sí, todo cambió.
Comencé un proceso que me costó mucho entender, porque de repente me lo cuestionaba absolutamente todo. Porqué trabajo de lo que trabajo? Que hago siendo amiga de tal o cual persona? Porque sostengo este vínculo? Realmente quiero seguir actuando de tal manera frente a tal situación? Me banco estar sola? Porque exijo tanto mi cuerpo? Porque reacciono así? Osea, cuando digo todo es TODO.
Empecé a buscar respuestas, me anoté en talleres, formaciones holísticas, y me tuve que meter para adentro como nunca. Una soledad tan profunda que nunca había sentido antes. Llore tanto...por primera vez me empecé a escuchar y a actuar en consecuencia, y muchas veces eso hace ruido al afuera. Pero era lo que necesitaba, y lo que aún muchas veces necesito.
Sanar es un proceso incómodo, solitario y doloroso. Implica mucha paciencia y compromiso con uno mismo, pero atravesar ese túnel nos lleva a un lugar que no cambio por nada.
Este espacio lo creé para poder transmitir todo lo que aprendí y sigo aprendiendo, desde mi humilde lugar.
Compartir lo que nos hace bien, y saber que aunque muchas veces nos sintamos solos, en realidad nunca lo estamos.
Nos tenemos a nosotros mismos.